•sábado, mayo 07, 2011
Hace un par de meses, uno de nuestros párrocos, Carlos Javier, nos proponía a mi amiga Cristy y a mi hacernos cargo de formar un grupo con los jóvenes que se confirman este año.



La idea nos pareció muy buena, complicada, pero necesaria. Y la acogimos con mucha ilusión.

En nuestra diócesis la pastoral juvenil está formada por jóvenes de 16 años en adelante, y siempre hemos pensado que nos quedaba un vacío entre la Confirmación, 12 ó 13 años, y la pastoral juvenil.

Hay quienes piensan que no es necesario ofrecerles nada más, que hay que dejarlos, que si se marchan, ya volverán. Yo no creo que sea así. El mundo les ofrece muchísimas cosas atractivas, algunas buenas y otras no tanto, pero que en su mayoría los alejan de la religión.

"Ser cristiano no está de moda". "Ir a la Iglesia... está muy antiguo". "Dios no existe, es de locos creerlo".

En un mundo que nos grita esto cada día, ¿como podemos dejar que nuestros jóvenes pasen tres o cuatro años sin que les guiemos por su caminar cristiano?

Por todo esto, Cristy y yo, nos pusimos a trabajar en este proyecto inmediatamente. Lo primero era plantearnos que podíamos ofrecer a nuestros jóvenes. Una catequesis en la que se sentaran delante de un libro y un cuaderno no sería nada atractiva. 

Yo creo que las catequesis que recibimos de Comunión y Confirmación, son como una presentación formal de Jesucristo. Las catequistas presentamos a Jesús, como un personaje, unas veces histórico y otras real, pero real en nuestras vidas, las de las catequistas. 

Por eso nuestro propósito ahora es ayudarles a descubrir a Jesús como alguien real y presente en sus vidas. Y que también descubran en la celebración de la Eucaristía, un encuentro intimo y personal con Él.



Sabemos que no es tarea fácil, pero este es el reto que hoy Dios ha puesto en nuestras manos y vamos a poner todo de nuestra parte para sacarlo adelante.

Nuestra primera iniciativa ha sido ir a visitar a cada grupo de catequesis de Confirmación, presentarnos nosotras y nuestro proyecto: la formación de un grupo de jóvenes que participen activamente en las parroquias, y que a pesar de que la sociedad nos grite, con más fuerza cada día, que Dios no existe o que si existe es un Dios castigador, juntos descubramos que Dios existe y está en nuestras vidas, caminando a nuestro lado, y que no sólo no es castigador, sino que es un Padre bueno y comprensivo, siempre con los brazos abiertos deseando que vayamos a su encuentro.

Por ahora hemos visitado a cuatro grupos, y en principio, la acogida está siendo bastante buena. 

El camino es largo pero ya hemos empezado a dar los primeros pasos. 

Hoy quería compartirlo aquí con todos vosotros, y pediros que si tenéis alguna idea o sugerencia para ayudarnos, no lo dudéis, acogeremos con gran ilusión cualquier propuesta. 


Un abrazo

Cristy y Mari Loli