Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó, y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento: otros, sesenta: otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga.
Mateo, 13, 3-9
Salió el sembrador...
Así comienza la parábola del Sembrador, y así he querido llamar a este blog donde quiero ir dejando esas pequeñas semillas que pueden ser: oraciones, meditaciones, celebraciones… etc.
Hoy me siento como aquel muchacho que tenía en sus manos cinco panes y dos peces (Juan 6, 1-15), yo como él, dejo aquí mis pequeños “panes y peces”.
Mari Loli.
¡¡María!! (Qué maravilloso cuando nos llama por nuestro nombre)