•jueves, julio 01, 2010
Leía hace un rato una meditación sobre la importancia del Sagrario, y se venían a mi mente todos esos momentos en los que me he sentado ante el Sagrario de mi parroquia a tener una de mis conversaciones con Jesús. 
Posiblemente muchos pensareis que para conversar con Él no es necesario estar allí, y tenéis razón, con Él podemos hablar en cualquier lugar y momento, Él siempre está atento. Pero... cuando queremos contarle algo muy importante a un amigo ¿cómo lo hacemos mejor? ¿en persona, o por teléfono? En persona ¿verdad? Pues igualmente, para hablar con Jesús, para contarle nuestras alegrías y penas, para agradecerle y pedirle, nada mejor que la quietud y el silencio del Sagrario, la certeza de su presencia real en esa Minúscula Cajita que guarda la VIDA. 
Allí, sentada ante Él, le he abierto mi corazón de par en par, le he contado todas esas cosas que me angustian, que me entristecen o me hacen sufrir, y he sentido su abrazo confortándome, dándome fuerzas y ánimos. También le he contado las cosas buenas, esas también hay que contárselas, y he sentido como reía conmigo compartiendo mi felicidad.
Cuando necesites un amigo, no lo dudes, búscale, en los malos y en los buenos momentos, porque nadie como Él podrá darte consuelo, y nadie como Él sabrá poner la más bella sonrisa en tu rostro.


Mari Loli.
|
This entry was posted on jueves, julio 01, 2010 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: