•miércoles, junio 30, 2010
Desde aquí te invito a descubrir la respuesta a esta pregunta. ¿Cómo? Leyendo el Evangelio.
Vamos a descubrir que Jesús quiere ser...
>Un amigo sincero en nuestra vida.
Que sabe reconfortarnos, animarnos y aplaudirnos como nadie, pero que también nos va a exigir que demos lo mejor de nosotros mismos, y que lo demos sin medida, como Él mismo se nos da.
>Un compañero en el camino.
A veces nos empeñamos en caminar solos por la vida, y se nos hace dura, triste, a veces insoportable. Y no nos damos cuenta que no estamos solos, que Él siempre está a nuestro lado, (estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo). Y además nos da la compañía de su Madre, la Virgen María.
>También quiere ser camino.
El camino que nos lleva a la felicidad. ¿Cómo? En las bodas de Caná, la Virgen nos da la respuesta: "Haced lo que Él os diga"
>Quiere ser vida, tu vida, mi vida
Vida es entusiasmo, felicidad, ideal, triunfo, satisfacción, juventud perenne.
Jesucristo dice tener todo esto y quiere comunicarlo. “Si conocieras...pedirías, y Él te daría agua viva”, le dijo a la Samaritana.
>Quiere ser verdad, la verdad por la que luchar y vivir.
La verdad de la vida y de las cosas, el sentido y razón y felicidad de tu vida.
Mi vida tiene una verdad; voy rumbo al puerto, mi vida tiene esperanza, tiene frutos realizaciones, tiene plenitud con Cristo.
>Él quiere ser resurrección, nuestra resurrección, es decir, esperanza, anhelo de una vida sin fin.
Resurrección de todas las ilusiones muertas o moribundas, también de las ilusiones humanas, intelectuales. Resurrección de las grandes ideales y metas de la vida.
>Quiere ser alegría, la fuente de tu felicidad.
La tristeza no es cristiana. La amargura y el desaliento tienen otro dueño.
Mi tristeza y amargura son la cadena que me tiene amarrado al demonio.
A Cristo le gusta abrir jaulas, quitar cadenas, abrir puertas de cárceles, tender puentes en el abismo..
“He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir...”
>Quiere ser amor, ese amor que inunde de plenitud tu existencia.
El deseo más fuerte del hombre es amar y ser amado. En el cielo este anhelo se transforma en éxtasis.
Cristo es el Amor eterno, que te ama desde siempre y para siempre y te hace plenamente feliz, si tú quieres.
>Quiere ser roca.
La roca en donde tu debilidad encuentre fortaleza y optimismo.
Rompeolas, roca de cimiento, muralla que defiende. Esto significa sentir seguridad, valor, certeza, fuerza, ímpetu juvenil, audacia, pasión por la misión y por la vida.
>Él quiere ser paz.
Paz para tu corazón a veces atribulado y a veces probado por el dolor y el sufrimiento.
Quiere que luches, pero con paz interior.
Vamos a descubrir que Jesús quiere ser...
>Un amigo sincero en nuestra vida.
Que sabe reconfortarnos, animarnos y aplaudirnos como nadie, pero que también nos va a exigir que demos lo mejor de nosotros mismos, y que lo demos sin medida, como Él mismo se nos da.
>Un compañero en el camino.
A veces nos empeñamos en caminar solos por la vida, y se nos hace dura, triste, a veces insoportable. Y no nos damos cuenta que no estamos solos, que Él siempre está a nuestro lado, (estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo). Y además nos da la compañía de su Madre, la Virgen María.
>También quiere ser camino.
El camino que nos lleva a la felicidad. ¿Cómo? En las bodas de Caná, la Virgen nos da la respuesta: "Haced lo que Él os diga"
>Quiere ser vida, tu vida, mi vida
Vida es entusiasmo, felicidad, ideal, triunfo, satisfacción, juventud perenne.
Jesucristo dice tener todo esto y quiere comunicarlo. “Si conocieras...pedirías, y Él te daría agua viva”, le dijo a la Samaritana.
>Quiere ser verdad, la verdad por la que luchar y vivir.
La verdad de la vida y de las cosas, el sentido y razón y felicidad de tu vida.
Mi vida tiene una verdad; voy rumbo al puerto, mi vida tiene esperanza, tiene frutos realizaciones, tiene plenitud con Cristo.
>Él quiere ser resurrección, nuestra resurrección, es decir, esperanza, anhelo de una vida sin fin.
Resurrección de todas las ilusiones muertas o moribundas, también de las ilusiones humanas, intelectuales. Resurrección de las grandes ideales y metas de la vida.
>Quiere ser alegría, la fuente de tu felicidad.
La tristeza no es cristiana. La amargura y el desaliento tienen otro dueño.
Mi tristeza y amargura son la cadena que me tiene amarrado al demonio.
A Cristo le gusta abrir jaulas, quitar cadenas, abrir puertas de cárceles, tender puentes en el abismo..
“He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir...”
>Quiere ser amor, ese amor que inunde de plenitud tu existencia.
El deseo más fuerte del hombre es amar y ser amado. En el cielo este anhelo se transforma en éxtasis.
Cristo es el Amor eterno, que te ama desde siempre y para siempre y te hace plenamente feliz, si tú quieres.
>Quiere ser roca.
La roca en donde tu debilidad encuentre fortaleza y optimismo.
Rompeolas, roca de cimiento, muralla que defiende. Esto significa sentir seguridad, valor, certeza, fuerza, ímpetu juvenil, audacia, pasión por la misión y por la vida.
>Él quiere ser paz.
Paz para tu corazón a veces atribulado y a veces probado por el dolor y el sufrimiento.
Quiere que luches, pero con paz interior.
>Él quiere ser perdón.
Para consolarte en tus caídas y debilidades.
Un perdón eterno, de todo y de siempre.
Un perdón eterno, de todo y de siempre.
Mucho me tiene que querer el que me ha perdonado tanto.
El que siempre nos soporta y nos perdona, olvidando nuestras pequeñas o tremendas ofensas a su amor.
“Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen”. Si algo le salió del corazón fue esta petición a su Padre. El Padre le respondió: Hijo mío, porque Tú me lo pides así, los perdono”.
“Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen”. Si algo le salió del corazón fue esta petición a su Padre. El Padre le respondió: Hijo mío, porque Tú me lo pides así, los perdono”.
>Él quiere ser “pan”.
Pan que fortalezca tu espíritu en tus luchas y desgastes.
Pan espiritual que me da la vida eterna. “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna...”
Pan de la ilusión y el entusiasmo por los grandes ideales.
Pan de la victoria y de los resultados.
Pan de la perseverancia.
Pan para repartir a los hambrientos.
Pan espiritual que me da la vida eterna. “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna...”
Pan de la ilusión y el entusiasmo por los grandes ideales.
Pan de la victoria y de los resultados.
Pan de la perseverancia.
Pan para repartir a los hambrientos.
Todo esto quiere ser Jesús en nuestras vidas.
Ahora nos queda una pregunta:
¿Y tú? ¿Quién quieras que sea en tu vida?
Si quieres que sea todo esto y más... ábrele tu corazón.
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